Las temidas pataletas
Estos ultimos días me he dado cuenta de que están apareciendo las rabietas... esos gritos descontrolados de mi chiquitín cuando no consigue o no puede hacer lo que quiere, llanto (o cara de llanto sin lágrimas), la palabra “NO” se ha vuelto su favorita y la verdad es que cada episodio es difícil, agota y hace que la paciencia se acabe. Cuando las pataletas de Juan Diego empiezan, trato de quitarme el sombrero de mamá que quiere todo bajo control y pienso como piensa mi chiquitín: qué le molesta? qué quiere? qué no está entendiendo? estará cansado? tiene hambre? Cuando los niños van creciendo vamos asumiendo que entienden todo y que saben exactamente lo que les estamos pidiendo o explicando, pero la verdad es que no es así, muchas veces decimos las cosas y no entienden o reaccionan y hacen una rabieta sólo porque creen que, por ejemplo, les vamos a quitar el juguete que tienen en la mano cuando lo que queremos es terminar de ponerles la camisa. O simplemente porque la rutina nos lleva a una velocidad en la que no nos damos cuenta, pero los “atropellamos” y no respetamos sus tiempos.

Es por eso que en lo que veo que puede empezar una rabieta trato de adelantarme y explicarle con palabras sencillas lo que está pasando, por ejemplo: necesito que dejes el juguete un momento para poder terminar de vestirte y luego puedes jugar. Además podemos prevenirlas adelantándonos a ellas si sabemos qué puede desatarlas, por ejemplo si pasar por el pasillo de las galletas en el súper es difícil porque las querrán todas, tratemos de evitar el pasillo o desde antes explicarles lo que va a suceder (pasaremos pero hoy no vamos a comprar ni una, o podrás escoger solo una), o si más bien se desata porque están cansados o con hambre, estemos preparados para satisfacer sus necesidades antes de que se desate el caos.
Cuando la rabieta comienza es difícil de controlar y uno pierde la paciencia y si estás en publico te da pena y empiezas a ver a los lados, pero la verdad es que toda nuestra atención y nuestra energía tiene que ir hacia nuestro hijo, ponte a su altura y háblale, trata de darle contención física abrazándolo y emocional hablándole suave y por último si es posible lávale la cara con agua, este paso es mágico y por alguna razón siempre los logra calmar. En medio de la rabieta no es momento de explicarles nada porque realmente no te están escuchando, su cerebro está en caos y necesitan drenar la rabia, frustración, etc y es a través de la pataleta que lo harán, pero luego cuando vuelva la calma debes explicarle que no te gusta que se ponga así y tratar de poner en palabras esas emociones que sintió y que él no es capaz de reconocer.
La etapa de las rabietas no se va tan rápido como las otras, nuestros niños están aprendiendo sobre sus emociones, las reacciones que tenemos ante sus actitudes, están aprendiendo sobre lo que es aceptado socialmente y lo que no, están entiendo los límites y normas del entorno y todo eso es difícil de procesar, aceptar y asimilar, su cerebro es rígido y no entienden porqué si quieren algo no pueden tenerlo y como todo proceso, toma tiempo y mucha paciencia asimilarlo.
Las pataletas son parte del crecimiento, de aprender a controlarse y de entender que hay diferentes formas de expresarse, apoyémoslos y démosles las herramientas para poder hablar y entender las decisiones que tomamos y tratemos siempre de mantener la calma (cuando sea posible) y recordar que los adultos y quienes tenemos el control somos nosotros.