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Enseñando a reconocer y manejar emociones

Disciplinar a nuestros niños es el reto más grande que tenemos como padres, aprender a poner normas y límites de una forma sana y respetuosa muchas veces puede convertirse en una lucha de poder sin sentido, en dónde olvidemos que estamos hablando con unos niños y que muchas veces queremos que se comporten o hagan cosas que no van acorde a lo que realmente pueden hacer.


El cerebro de los niños chiquitos está en constante formación y así como los enseñamos a leer, ir al baño o pintar, también debemos enseñarlos a respetar las normas y límites y sobre todo a comunicar sus emociones de una forma adecuada.


Los berrinches, pataletas y luchas de poder de nuestros niños se presentan muchas veces cuando estos no son capaces de poner en palabras lo que sienten y por qué lo sienten y es ahí en donde se desata el caos, así que lo primero que tenemos que hacer es enseñarlos a identificar y nombrar esas emociones de la forma correcta.


Para ello existen cuentos, vídeos y canciones que nos ayudan a enseñar a nuestros chiquitos qué están sintiendo, cómo se llama la emoción y cuál es la mejor manera de canalizarla, aquí les dejo algunos ejemplos de cuentos que puedes leer en casa con tus chiquitos (muchos de ellos los puedes conseguir como audio-cuentos en YouTube)


Cuentos

- El monstruo de colores - Trabajar todas las emociones 


    Autor: Ana Llenas

    Editorial: Flamboyant

- Fernando Furioso - Un libro para trabajar la rabia

    Autor: Hiawyn Oram

    Ilustrador: Satoshi Kitamura

    Editorial: Ediciones Ekaré

- ¡Vaya Rabieta! 

    Autor: Mireille d’Allancé

    Editorial: Corimbo

Puedes conseguirlo en este link:  https://youtu.be/Xq-SuHdzuzI

- Malena Ballena - Un libro para trabajar la autoestima 

   Autor: Davide Cali

   Editorial: Libros del zorro rojo

- Con los más grandes podemos ver películas como “Intensamente” que explica

perfectamente cada una de las emociones y cómo vamos reaccionando cuando estas aparecen.


Paralelo al reconocimiento de las emociones tenemos que trabajar técnicas de autocontrol o crear espacios que le permitan al niño reconocer cuando necesitan calmarse y darle las herramientas para hacerlo, para ello podemos recurrir a herramientas como estas:


- Vídeo “La tortuga” - Es un cuento para trabajar el autocontrol

https://youtu.be/riwGSIUkXRs

- Vídeo “Sólo respira” - Este vídeo está en inglés, pero podemos ir leyendo los subtítulos con nuestros niños. Explica muy bien cómo funciona el cerebro de nuestros hijos y puede ayudarlos a entender porqué reaccionan así 

https://youtu.be/sTy9FhIvAro

- Cuento “Respira”

https://youtu.be/ibJFHBTWBDA

- Otra idea es hacer barcos de papel, acostarnos sobre el suelo y colocarlos sobre nuestra barriga y respirar primero lento y luego muy rápido y dejar que nuestros niños vean como se mueve el barquito con el cambio de la respiración, luego les pediremos que recuerden eso cuando haga falta y como deben respirar para que ese barquito no se caiga de sus barriguitas.



Estas estrategias las trabajamos en calma, como en juego, las utilizamos en momentos en los que todavía no las necesitamos para que los niños vayan creando conciencia sobre ellas y entiendan cómo funcionan en su cuerpo, así en el momento en el que tengamos que recurrir a ellas en medio de una rabieta o crisis, será más fácil pedirles que recuerden a la tortuga, o a Fernando, o al monstruo de colores y que nuestros chiquitos puedan retomar el control sabiendo que pueden hacer uso de su respiración.


Hagamos cuadros de emociones con imágenes o emoticones en donde los niños puedan identificar, señalar y reconocer la emoción que sienten en ese momento. Podemos tener un sombrero que nos ponemos cuando sentimos rabia, o unos lentes, o algún accesorio y que podamos quitarnos o cambiarnos por otro cuando ya estemos contentos o calmados y listos para volver a nuestras actividades.


Creemos un espacio en donde nuestros niños puedan ir cuando necesitan calmarse y coloquemos objetos suaves como mantas, almohadas, peluches, títeres, pelotas de goma que puedan apretar, plastilina/ masilla, botellas sensoriales, cuentos, instrumentos suaves como los palos de lluvia y cualquier otro objeto que pueda permitirle a nuestros niños volver a la calma, e invitémoslos a ir a ese espacio cuando creamos que es necesario.


Muchas veces incluso nosotros necesitamos un espacio para calmarnos y pensar antes de reaccionar por una actitud de nuestros niños, el padre que te diga que nunca se ha desesperado, gritado o sentido ganas de darle una nalgada a su hijo te miente, la crianza es lo más gratificante del mundo pero también lo más demandante y agotador, somos humanos y muchas veces es nuestro cerebro reactivo el que se sobrepone al racional y nos hace decir y actuar de formas, que estando más tranquilos, no haríamos. 


En la medida en que todos en casa aprendamos a calmarnos, reconocer y canalizar nuestras emociones todo podrá fluir de una mejor manera. Los resultados no se verán de un día para otro, es un trabajo de hormiguitas que hay que ir haciendo, todos tenemos que aprenderlo y aplicarlo dentro de la casa porque de nada sirve exigirle a nuestros niños autocontrol cuando nosotros no lo tenemos, lo que más educa es el ejemplo diario.


Trabajemos como equipo y de la mano para ayudar a nuestros niños a crecer en un ambiente emocionalmente sano y en donde sus emociones sean validadas, entendidas, aceptadas y respetadas, pero en donde las reacciones a esas emociones sean las adecuadas y respeten a los demás. Comencemos a trabajar sus emociones hoy y veremos resultados a largo plazo.


Todas las estrategias y actividades aquí propuestas forman parte de lo conversado con Ana Matilde Catalá especialista en el tema, con quien compartí en un LIVE a través de Instagram el lunes 28 de mayo 2018

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