El desarrollo emocional
Actualizado: 6 jul 2022
Cuando hablamos del desarrollo del niño y cada una de sus etapas, automáticamente pensamos en desarrollo motor, cognitivo e incluso social, reconocemos que los niños van aprendiendo las cosas por partes y que siguen un orden en el proceso porque su cerebro se está formando y desarrollando poco a poco.
Pero cuando hablamos del desarrollo emocional parece que se nos olvida que también es un proceso que lleva sus propios tiempos y que incluso es el que más tiempo nos toma como seres humanos, entonces pretendemos (muchas veces) que los niños de 2,3,4-5 años (o más) reaccionen como se espera, en función de lo que es esperado para los adultos, es decir, que sepan autoregularse y calmarse y que puedan decir con palabras aquello que sienten. Cuando lo lees así ¿parece mucho no? Pues porque realmente es mucho y nuestros niños pequeños no tienen la capacidad de hacerlo.

Durante los primeros años los niños necesitan del apoyo de un adulto o cuidador externo para regularse, calmarse y ponerle nombre a eso que sienten, incluso pensemos en nosotros como adultos que cuando tenemos alguna emoción fuerte o situación difícil buscamos contención emocional en nuestros padres o personas cercanas, ¿entonces por qué pedimos que nuestros niños pequeños lo hagan de otra forma?
Es durante esta etapa cuando tenemos una oportunidad de oro para poder enseñarles sobre las emociones, primero a reconocerlas y nombrarlas, poniendo el foco en las reacciones fisiológicas que tenemos en el cuerpo con cada emoción que sentimos, para ello nosotros como adultos vamos poniendo en palabras lo que vemos que nuestros chiquitos están sintiendo. Por ejemplo: “Veo que estás molesto y por eso tus manos quieren golpear” “Cuando estamos tristes lloramos, puedo ver que esto que pasó te hizo sentir triste” “Estás brincando de emoción porque iremos a casa de los abuelos”
Luego toca expresarlas de forma adecuada, porque a fin de cuentas sentir rabia no está mal, es una emoción natural y normal, el problema es expresar esa rabia haciéndole daño a otros. Brindar alternativas para poder expresarse de forma sana no solo es necesario sino que además le regala al niño la posibilidad de expresarse siempre de forma segura, sin tener que reprimirse y guardarse aquello que sienten por temor a expresarlo.
Y por supuesto toca modelar con el ejemplo y esto no solo lo hacemos hablando de situaciones pasadas o hipotéticas, se trata de expresar delante de nuestros chiquitos cada una de las emociones que sentimos durante nuestros días, que puedan vernos felices, nerviosos, tristes, molestos les manda un mensaje claro de que sentir esta bien, de cómo pueden expresarse y que el abanico de emociones es normal y esperado para todos.
Además puedes apoyarte en cuentos maravillosos, hay infinidad, pero nuestros favoritos son:
Sé que todo puede parecernos cuesta arriba porque muchos crecimos con poco o ningún lenguaje emocional, pero el primer paso sin duda es comenzar a nombrarlas y por eso hoy he decidido compartirte un recurso que creé y que sirve para comenzar a ponerles nombre, las emociones son muchas más, pero comenzar con pocas nos hará sentir más seguros. Puedes imprimirlo, plastificarlo y ponerlo en un lugar visible al que puedan acudir y observar e identificar cada una.
Espero que les sea de mucha ayuda